El mantenimiento de una caldera es un aspecto importante que debemos tener en cuenta a la hora de aclimatar nuestra casa. Además, debido a su instalación eléctrica y su entrada de gas, puede entrañar ciertos riesgos si no está bien cuidada. Para evitar problemas mayores, podemos llevar a cabo una serie de acciones. ¡Aprende cómo realizar el mantenimiento caldera!
¿Cómo hacer el mantenimiento caldera?
En primer lugar, debemos señalar que el mantenimiento caldera debe ser realizado siempre por un profesional. No obstante, nosotros podemos comprobar períodicamente si todo se encuentra en perfecto estado. En caso de no ser así, hay pequeñas correcciones que hacer pero aún así debemos contar con la supervisión de un técnico capacitado.
Una de las actividades más comunes y sencillas es la de controlar la presión. En el panel central, tenemos unos indicadores que nos señalarán la entrada de gas. Estos indicadores suelen situarse entre 1 y 1,5 bares. En caso de no ser así, tendremos que corregir el balance total con la llave de paso correspondiente.
Aún así, antes de regular nuevamente debemos leer las instrucciones sobre nuestra caldera, así como seguir las advertencias que nos hayan dado el equipo especializado que instaló nuestro aparato.
En caso de disponer de termostatos, comprobar si deben ser cambiadas las pilas. Por otro lado, tenemos que verificar que a la caldera le llegue la suficiente corriente eléctrica y si está enfuchada.
Otros aspectos a tener en cuenta sobre la climatización
Tras una larga temporada sin ser usados, nuestros radiadores también necesitarán una puesta a punto. Para ello, es importante purgarlos con la llegada de las bajas temperaturas ya que durante el tiempo que ha estado sin ser usado ha entrado aire donde sólo debería haber agua.
Este proceso es muy sencillo aunque debemos tener mucho cuidado ya que en caso de realizarlo de manera precipitada podríamos variar la presión de la caldera. Para ello, tenemos que utilizar un destornillador plano con el cual girar levemente y muy despacio el tornillo de apertura. Poco a poco, comenzará a expulsar el aire hasta que ya no quede más que líquido. En ese momento, volvemos a cerrar la llave de entrada.
Esta tarea debe ser elaborada en cada uno de los radiadores que tengamos en casa, incluso en aquello que mantengamos cerrados. Con ello, lograremos un mayor poder calorífico, manteniendo aclimatada nuestra casa durante más tiempo y con un menor gasto económico al necesitar menos tiempo para calentar cada habitación. Igualmente, debemos verificar que haya fugas de agua en ningún aparato.
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