En muchas ocasiones, con tan sólo pensar en trabajar sobre una base de mármol nos echamos las manos a la cabeza. Sin embargo, la realidad es que simplemente tendremos que tener un poco más de cuidado a la hora de llevar a cabo nuestra tarea. En el mercado existe una ingente cantidad de piedras de este tipo pre-cortadas, lo que hará el trabajo mucho más sencillo.
Por lo tanto, lo único que necesitaremos es diseñar nuestro proyecto en papel para buscar el que más se parece a nuestra idea. Si lo preferimos, podemos acudir con ese mismo dibujo y con las medidas exactas de las piezas que deseamos a un marmolista profesional. Él las cortará, dejándonos a nosotros con el cometido de pulirlas. En Masferretería puedes encontrar algunas de las mejores pulidoras que existen en el mercado.
Materiales necesarios
- Gato
- Silicona transparente
- Losas
- Sifón y sumidero
- Destornillador
- Adhesivo para mármol
- Epoxy de dos componentes
- Espátula
Montaje del lavabo de mármol
Lo primero que debemos escoger es la localización en la que se va a instalar nuestro lavabo de mármol. Una combinación de colores y texturas muy interesante es la de construir la estructura sobre la que se va a sustentar en madera. A ella atornillaremos el sumidero para que éste quede perfectamente anclado.
Posteriormente, procederemos a unir la plancha destinada a hacer de base, es decir, aquella en la que se ha practicado un agujero, junto con el resto de piezas que colocaremos a su alrededor para que nuestro lavabo tome forma. Para pegarlas unas a otras sólo sería conveniente usar un adhesivo especial para mármol Epoxy de dos componentes.
Prepararemos la mezcla a partes iguales y la aplicaremos en los cantos de las placas ayudándonos para ello de una espátula. Es importante que quede espesa y homogénea. Es conveniente limpiar los restos de adherente que hayan quedado. Para ello, podemos valernos de la clásica acetona que suele encontrarse en casa.
Hecho esto, mantendremos las piezas de mármol prensadas con un gato para que queden los más unidas posible. Cuanto más tiempo lo dejemos secar y reposar, mejor afianzado quedará. No obstante, si queremos asegurarnos, con 24 horas será más que suficiente.
Una vez que comprobemos que todo el conjunto está perfectamente sujeto, tomaremos la silicona. Lo ideal sería adquirir una de color transparente para evitar un indeseable color blanquecino. La administraremos por todas las juntas interior del lavabo. De este modo, quedará hermético y evitaremos las posibles fugas de agua.
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