Si necesitamos renovar nuestra casa pero carecemos del tiempo necesario que requiere una obra de esta magnitud, la mejor solución es la tarima flotante. Se trata de un material de fácil instalación y que puede colocarse en tan sólo unas horas. Esto es así porque requiere únicamente del correcto encolado de las tablas para adherirlas unas otras. Como curiosidad, son muchos los que incluso deciden colocarla sobre el suelo antiguo. ¡Aprende cómo colocar tarima flotante!
Una vez que el entarimado ha quedado colocada, es posible pisarla sin miedo a que levante ya que posee gran duración y resistencia. A todas estas ventajas hay que añadirle que las herramientas requeridas son básicas y muy comunes. En Masferretería encontrarás sierras de calar y todos los utensilios de bricolaje necesarios para asentar tu tarima flotante.
Materiales e instrumentos
- Tablas de tarima
- Sierra de calar
- Pincel
- Martillo
- Listón de madera
- Fibra aislante
- Adhesivo
- Cuñas de madera
Paso a paso para colocar tarima flotante
Comenzaremos colocando sobre el suelo anterior la fibra aislante. Con ella trataremos de cubrir las imperfecciones existentes en el anterior pavimento. Esto nos ayudará, a su vez, aportándonos tanto aislamiento térmico como acústico.
Tomaremos la primera tabla y la situaremos en una de las esquinas. Es conveniente posicionar una junta de dilatación. Este paso se lleva a cabo porque la madera suele tender a hincharse. Situando una cuña entre la pared y dicho tablón dejando un centímetro de dilatación, evitaremos problemas posteriores.
Es importante que las piezas que ya estén dispuestas y emplazadas no se muevan. Para que esto no ocurra deberemos aplicar cola para madera con un pincel, extendiéndola por las ranuras laterales conforme nuestro trabajo vaya avanzando.
Cuando la anterior tabla esté encolada, podremos acomodar la siguiente a su lado y así sucesivamente, siempre con mucho cuidado y mimo. Para ahorrarte contrariedades a la hora de empezar a colocar tarima flotante, puedes hacer uso de un listón de madera. Con él podrás golpear la superficie de cada uno de los tablones para hacerlos encajar a la perfección.
Una vez que toda la planta está terminada y ha secado será el momento de quitar las cuñas. Si deseamos que mejorar el resultado de nuestro suelo, existe la opción de instalar un rodapié para que la junta de dilatación no quede a la vista.
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