Cómo clavar un clavo sin golpearse el dedo

Como clavar un clavo sin darse en el dedo

Tal vez la pregunta de cómo clavar un clavo sin golpearse un dedo puede parecer un poco trivial para muchas personas que se dedican a la carpintería o a la construcción. No obstante, puedes creernos, está es información relevante. Incluso las personas que se dedican diariamente a poner clavos por doquier, tienen que sufrir de golpes en los dedos a los que por más que quieran, no van jamás a acostumbrarse. ¿Entonces por qué no tener presente esta información? Vamos a dar unos consejos muy simples pero que estamos seguros, te serán de mucha ayuda. 

Consejos sobre cómo clavar un clavo sin golpearse un dedo

Primero tienes que encontrar el martillo adecuado. ¿Sabías que hay recomendaciones sobre el peso de los martillos para cada tipo de clavo? Muy bien, aquí te daremos un simple consejo: Fíjate muy bien que el martillo no sea demasiado ligero, pero tampoco demasiado pesado. Para que puedas manejarlo sin mucho esfuerzo.

Tienes que clavar el clavo empezando con movimientos ligeros. Y sólo cuando estés seguro de que la punta está bien fijada en el material, hacer el cálculo de la fuerza necesaria para clavar un clavo. Concentra la mirada en la cabeza del clavo y sostén el martillo por el extremo del mango, de lo contrario tus golpes serán débiles, y es poco probable que alcances una buena velocidad.

Para evitar golpearte, te aconsejamos que no sostengas el clavo con los dedos, sino con una pinza o un alicate, por ejemplo. La precisión puede ser ligeramente reducida, pero salvará tus dedos, y no te arrepentirás de haber cogido el martillo. 

Para clavar un clavo sin golpearse un dedo se pueden utilizar diversos objetos, los cuales nos permitirán golpear con toda seguridad. 

Utiliza un peine

Para esto, toma un peine que ya nadie usa. Fíjate muy bien que el clavo quepa entre los dientes del peine y que este esté hecho de plástico duro, de lo contrario se deformará. A continuación, coloca el clavo donde necesites introducirlo con los dientes del peine apuntando hacia arriba, para que la base sirva de apoyo. Una vez que el clavo haya sido “medio” introducido, deberás quitar el peine o de lo contrario lo romperás. 

Otros accesorios que podemos utilizar para clavar un clavo sin golpearnos un dedo: Alicates, pinzas de ropa y/o una pieza de cartón.

Clavar un clavo con una pinza

También puedes utilizar un perno con una tuerca atornillada, este método se utiliza si es necesario clavar un clavo en un lugar de difícil acceso.

Cómo clavar un clavo en una pared dura

Si lo que estás intentando hacer es saber cómo clavar un clavo en la pared y este resulta ser un muro de hormigón, sabrás muy bien que es un material bastante duro. Por lo que debido a esto, tendrás que ejercer mucha fuerza a la hora de golpear con el martillo y tus dedos podrían sufrir las consecuencias. 

Cómo clavar un clavo en hormigón

Como regla general, ningún clavo penetrará en el hormigón. Por tanto, partimos de lo que vamos a colgar y actuamos en consecuencia. Es claro que depende mucho del grado de hormigón al que vamos a hacer frente, no obstante, ¿qué pasa si tenemos que clavar un clavo en una pared bastante dura?

Para clavar un clavo en una pared de hormigón, necesitaremos de la ayuda de un taladro eléctrico. El mecanismo de este trabajo es el siguiente:

  • Taladramos un agujero en la pared de hormigón con la broca adecuada para esto.
  • Preparamos un corcho de madera que podemos hacer de una tabla (será mejor si el corcho tiene cuatro caras). El tapón debe ser un poco más largo que la profundidad del agujero y su grosor debe de llenar completamente el diámetro de este.
  • Daremos golpes ligeros con nuestro martillo para introducir el tapón en el orificio hasta el fondo.
  • Quitaremos el exceso de madera que sobresale con una sierra o segueta.
  • Introduce el clavo con cuidado en el centro del corcho, guiándolo en el mismo ángulo para que quede perfectamente colocado.

Nota

Si ves que un clavo ha comenzado a colgar de la pared y no tienes el tiempo ni las ganas de tomar el taladro, la única manera de clavar un clavo es llenando el agujero con un periódico empapado en agua o en pegamento. Cuando el papel se haya secado dentro del agujero, puedes volver a colocar el clavo. Por supuesto, este consejo no es adecuado si necesitas colgar algo demasiado pesado. 

Esto te servirá para clavar un clavo sin golpearse un dedo ya que no tendrás siquiera que sujetarlo mucho tiempo

Cómo clavar un clavo en madera

En el caso de que necesites martillear un clavo en una tabla de madera, es aconsejable contar con un clavo de no más de un cuarto del grosor de la tabla en la que se va a clavar. Así tendrás menos posibilidades de romper el material. 

Si la tabla es muy delgada puedes probar desafilando el clavo. Esto puedes hacerlo mordiendo la punta del clavo con un corta alambres, o golpeando con un martillo en la punta afilada. 

Si necesitas hundir la cabeza del clavo en la madera, pero no deseas dejar una marca de martillo en él, puedes depender de algún tipo de accesorio de metal. Para esto te aconsejamos usar un perno como soporte para los clavos. Para aumentar la precisión del impacto, enrosca un poco la tuerca del perno para que la cabeza del clavo esté dentro de él. Cuando estés acabando el trabajo y queden solamente algunos golpes, es mejor quitar la tuerca para evitar dejar una marca en el material.

Cómo clavar un clavo sin martillo

¡Hey! Si deseas clavar un clavo sin martillo, ya que no dispones de uno en casa por cualquier circunstancia, puedes considerar utilizar estos útiles objetos para hacer de esto una tarea sencilla.

Método uno 

Con la culata de un hacha (bueno, para ser honestos, dudamos que tengas un hacha en tu casa y que no tengas un martillo). Esta es una de las formas más adecuadas y convenientes si no disponemos de nuestro útil martillo, ya que no somos expertos en artes marciales que pueden clavar un clavo en una tabla con la palma de la mano. 

Método dos

Ha llegado la hora de tomar lo que tenemos en nuestra cocina. Podemos usar una cacerola con fondo grueso, o una sartén de hierro fundido del viejo y del bueno, que definitivamente no se doblará. O una bandeja para hornear. 

Método tres

Puedes llamarlo primitivo pero funciona, estamos hablando de hacer uso de una roca. Toma una piedra lo suficientemente grande pero que sea cómoda de sostener con la mano. Esta opción es muy útil si por ejemplo es necesario martillar un clavo en algún lugar de la naturaleza (tal vez en una cabaña de verano). Por supuesto, no es del todo conveniente, pero servirá en casos extremos. Si estás pensando en cómo clavar un clavo sin golpearse un dedo con una roca, puedes utilizar un pedazo de la corteza de un árbol para sostener el mismo.

Método cuatro

Otro método que es bastante pasable para clavar clavos, es utilizar el lado plano de una llave inglesa. Si para nuestra suerte, la llave tiene un mango lo suficientemente largo, resultará que podremos golpear el clavo con la fuerza necesaria. De igual manera nos servirá si queremos clavar un clavo en un lugar difícil, pues podemos golpear con la parte de los lados y entrará en lugares muy reducidos. 

El clavo encajará perfectamente en la superficie, no la deformará ni se doblará, y el martillo no causará lesiones si sigue unos sencillos consejos.

Nota: Si no dispones de un martillo pero quieres clavar un clavo sin golpearse el dedo, haz uso de nuestros consejos anteriores.

Cómo clavar un clavo sin que se doble

Si no tienes tanta experiencia clavando clavos, entonces te será de mucha utilidad marcar el lugar de fijación con un lápiz. A continuación, apoya la punta del clavo en la marca y sujeta con el índice y el pulgar desde la base. Descansa el dedo meñique en la superficie para una mayor estabilidad. 

Debes comenzar con movimientos suaves para clavar el clavo 3-4 mm en la superficie, y cuando ya esté sujeto, procede a dar golpes más fuertes. Los profesionales dicen que cuanto menos golpes, más firmemente se asentará el clavo, así que intenta apuntar lo mejor que puedas a la cabeza del clavo y, sosteniendo el martillo por el extremo del mango, asesta golpes certeros para que el clavo quede bien posicionado y que no se doble.

Al martillar, debemos asegurarnos de que el clavo penetre uniforme y correctamente en la superficie. Si algo sale mal es mejor tomar las pinzas y con cuidado, haciendo movimientos de rotación, sacarlo. No lo balancees de un lado a otro, de lo contrario, el orificio puede ensancharse mucho.

Para clavar un clavo sin que se doble es importante elegir un clavo con una longitud adecuada. Deberemos ingresar al menos un tercio de este, y preferiblemente 2/3, en la superficie a la que se realiza la unión. Los constructores experimentados aconsejan, para insertar un clavo sin que este se doble, ponerlo en aceite o en agua con jabón por un corto tiempo. Así será mucho más fácil trabajar ya que el metal entrará sin demasiada dificultad y sin la necesidad incluso de golpear con demasiada fuerza para clavar un clavo

Ahora que ya sabes cómo clavar un clavo sin golpearse un dedo te invitamos a que pongas en práctica todos nuestros útiles consejos. Más vale hacerlo si no queremos machacar nuestras uñas realizando una tarea tan sencilla.

¿Se te ocurre otro truco para no pillarse los dedos? Dejanos un comentario y comparte tu sabiduría con nosotros. ¡Gracias!

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