Lijas para máquinas

Las lijas para máquinas son un elemento imprescindible cuando deseamos conseguir una acabado ideal en piezas que van a ser pintadas o barniza...

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Las lijas para máquinas son un elemento imprescindible cuando deseamos conseguir una acabado ideal en piezas que van a ser pintadas o barnizadas. Al utilizarlas es posible alisar, limpiar, pulir y abrillantar la superficie trabajada.

Existen lijas manuales, pero estas se utilizan cada vez menos. Los avances tecnológicos han llegado a todos los ámbitos de nuestra vida y el área de ferretería no es la excepción.

Hoy en día podemos facilitarnos el trabajo con lijadoras eléctricas.

En el mercado existen diferentes modelos y tamaños de máquinas para lijar de acuerdo a las necesidades del cliente. Asimismo, hay diversos tipos de lijas que se emplean según el equipo que tengas y el material que deseas trabajar.

Composición de las lijas para máquina 

Las lijas son creadas con elementos abrasivos que consiguen eliminar picos e imperfecciones a través del roce continuo. Es su composición lo que le permite a las lijas cumplir con sus funciones. Su cuerpo está compuesto por:

  • Soporte: Se trata de una lámina de tela o papel que sostiene la superficie abrasiva. Esta zona debe ser resistente para no romperse mientras se lijan los elementos trabajados.   

  • Superficie granular: Es el material que permite lijar. Esta superficie se adhiere sobre el soporte que describimos en el apartado anterior. El material anguloso varía de acuerdo a la dureza que se requiera para alisar o pulir cada superficie. Existen 3 tipos:

1. Superficie de carburo de silicio: Se emplea para trabajar piedra, mármol, vidrio, cerámica, goma, fibra de vidrio, lacas o plástico. Este material posee una tenacidad y durabilidad reducida.  

2. Superficie de óxido de aluminio: Está formada por granos redondos y su durabilidad y tenacidad es notable. Permite lijar madera, metal y paredes enlucidas.

3. Superficie de corindón de zirconio: Es la más resistente de todas. Sus granos uniformes, tenacidad y altísima durabilidad la hacen ideal para lijar aceros inoxidables.

Clasificación de las lijas

Las lijas se clasifican de acuerdo al tamaño de sus granos. Para saber cuál necesitas debes tener presente qué tipo de material trabajarás y cuál es el acabado que deseas lograr. Si buscas una superficie que posea un acabado rústico, los granos gruesos serán ideales, mientras que si deseas una superficie lisa y delicada, es mejor trabajar con lijas finas.

El tamaño del grano en la lijas viene determinado por el número de granos. Mientras menor sea el número, más gruesos serán los granos y viceversa. La clasificación que encontrarás en el mercado es:

  • Lija gruesa: Son empleadas para alisar superficies muy rugosas, oxidadas o con pintura adherida. Deja un acabado rústico.

  • Lija mediana: Es utilizada luego de que la lija gruesa uniformizó la superficie. Esta opción suaviza el acabado y pule la superficie.

  • Lija fina: Es la encargada de dar los toques finales. Esta lija ofrece terminaciones suaves y delicadas.

Usos de las lijas para máquina

Lo ideal es utilizar cada una de las lijas en el proceso, a menos que se desee un acabado rústico. El uso en conjunto dará como resultado una superficie uniforme y de calidad.

Para utilizar las lijadoras de manera adecuada es necesario mantener el equipo en constante movimiento. La lija podrá friccionar la superficie por la que se pase y la limpiará, alisará y pulirá.

Las mejores lijas para máquinas

Entre las herramientas eléctricas, la lija se encuentra adherida a un disco que gira sobre toda la superficie. Esto facilita el trabajo porque mantiene la uniformidad en la superficie y hace que el proceso se dé con mucha rapidez.    

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